Llegó la crisis del 2009 y por arte de magia las horas de formación descendieron, el teléfono dejó de sonar y la facturación se derrumbó. Una gran amiga me comentó que en Madrid, "unos americanos" iban a impartir un curso dirigido a formadores para que pudiesen aplicar nuevas herramientas en el ámbito del cambio de creencias y superación de miedos. Leí el catálogo y lo primero que salió de mi boca fue "vaya gilipollez más grande, un curso que casi vale 3.000 euros para hacer cosas de locos como la de caminar sobre brasas". Mi amiga insistió y los dos participamos en el programa. A los 15 minutos me di cuenta que me quedaba muchísimo por aprender, especialmente en lo relativo a dominar la energía y los estados emocionales de los grupos. En ese programa escuché por primera vez el nombre de Tony Robbins, por que él también realizó este programa. Decidí seguir aprendiendo y durante 4 años me formé para alcanzar el grado de Master Firewalking Instructor y poder impartirlo alrededor del mundo. Después conocí a Tony Robbins y desde ese momento lo modelo y empiezo una nueva etapa a nivel personal y profesional.